miércoles, 23 de abril de 2014

Cantiñas; Alegrías. Chato de la Isla

Chato de la Isla. José Llerena Ramos (San Fernando,
Cádiz, 1926/ Fuenlabrada, Madrid, 2006). Cantaor Como gaditano fino, es de los que paladean el cante cuando lo dicen. Y además, caracolero irreductible, porque con Caracol trabajó mucho tiempo en su tablao Los Canasteros y está convencido de que fue un monstruo, el mejor cantaor de los que él ha escuchado en su vida.
Es un convencido de que se nace para cantar, de que hay que tener ese don para llegar a ser alguien. Comenzó cuando era un crío de ocho años, más listo que el hambre, en los tranvías que hacían el trayecto de San Fernando a Cádiz. Se subía a uno y otro, hacía sus cantecitos y pasaba la mano. En uno de aquellos viajes podía ganarse doce o catorce pesetas, "que era un dineral, y comía toda mi familia".
Alegrías
Tonalidad
Al tratarse de una jota, las alegrías gaditanas se cantan en tonalidad mayor, y es el género alternativo a las soleares y bulerías en cuanto a tonalidad se refiere. Y éste es un elemento común a todas las cantiñas, con alguna excepción en giros a lo modal y al menor que se escucha en variantes como los caracoles o las de Córdoba.
Compás
El compás básico de unas cantiñas es idéntico al de la soleá interpretado con un ritmo más vivo (ver reloj). A medio camino entre soleares y bulerías. No obstante antiguamente las alegrías eran más lentas y con el paso del tiempo han ido ganando en velocidad. Este tempo musical es lo que le otorga ese gracejo particular. Por tanto, por alegrías marcaremos al igual que en la soleá más básica: